D e s p e d i d a
Me despido de mi mano
que pudo mostrarme el paso del rayo
o la quietud de la piedras
bajo las nieves de antaño
Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían los ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.
Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.
Me despido de las Virtudes y de las Gracias del planeta:
los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.
Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos
los días no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.
Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.
que pudo mostrarme el paso del rayo
o la quietud de la piedras
bajo las nieves de antaño
Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían los ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.
Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.
Me despido de las Virtudes y de las Gracias del planeta:
los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.
Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos
los días no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.
Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.
(Jorge Teillier)
Foto: "¿Quién los detiene?" ©nigromancia 2006
5 comentarios:
Cristian, molt bé! me ha gustado mucho tu blog. es muy tuyo. Pero que serio en la foto ;).
Mmm me parece que nunca te he enviado mis fotos a pesar de habertelo prometido varias veces...a ver si este año logro hacerlo.
Estuve casi un mes en Trieste para esta vez pasar más tiempo con mi familia. Ahora he vuleto a Barcelona y me volqué en el trabajo para recuperar lo perdido. un beso y un abrazo muy fuerte
No está mal tu blog.
Sobre todo teniendo en cuenta tanta mierda que circula por allí.
No te denigres y sigue por esa línea. O mejor aún: ve por más.
hola cristian...
pasaba por tu blogs y me tope con este lindo poema!!!... que me encanto, será por que desde pequeña he vivido como una gitana de un lugar a otro, despidiendome y reencontrandome años despues con personas maravillosas...
en fin las despedidas forman parte de las luces y las sobras de nuestra vida... nada es eterno, sin embargo el recuerdo de quienes nos regalaron una sorrisa, una mirada o simplemente un momento de compañia... ni la mas forzada de las despedidas es capaz de borrar.
besitos y un gran abrazo...
cuidate arto y es un gusto saber de ti... nos vemos
SER ESPECIAL, CADA VEZ QUE ENTRO EN TU BLOG, MÁS CERCANA A TI ME SIENTO, NO SÉ POR QUÉ.
PENETRASTE MI CORAZÓN SÓLO CON TUS FOTOS Y PALABRAS.
MUCHOS COMENTARIOS HABLAN DE UN SER MELANCÓLICO, OTROS DE UN ARTÍSTA, EN CAMBIO YO SÓLO PUEDO HABLAR DE UN SER ESPECIAL, UN HOMBRE QUE TIENE QUIZAS TEMOR DE MOSTRARSE TAL Y COMO ES.
BESOS Y UN GRAN ABRAZO.
Cristian, felicitaciones, realmente son hermosas, me encanto la foto de la niñita rumana, con sólo verla me produce una sensación tan extraña.
Cada vez que miro tú blog quedo maravillada con tantas fotos lindas más allá de eso, es lo que transmite cada una.
Te vuelvo a felicitar un beso
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