martes, 13 de mayo de 2008

Un frío invierno...


Documentar la intimidad de otro ser humano siempre tiene un poco de invasivo. Hay escenas que sin embargo me quiebran la mirada pero aún así trato de capturarlas buscando la dignidad que subyace en el ser más íntimo de las personas.

Ella es Urdita, o Lucerita, o Estelita. Me dice todos estos nombres porque no recuerda exactamente cuál era el verdadero. Ha pasado los 70 años y sin embargo asegura que sólo tiene diez, que es una niñita, que nunca se ha casado y que no ha tenido hijos. "Ni he pololeado siquiera" dice con orgullo.

Pasa sus días extraviada en un lugar de su mente que sólo ella conoce y en el momento que tomé esta foto vivía en un potrero para criar caballos donde construyó ilegalmente una paupérrima choza con unos rústicos maderos. Su esposo murió hace ya unos años víctima del alcohol, sus hijos siguen el camino de su padre y Urdita, -o Carmela como siempre supe desde niño que se llamaba- se las arregla como puede para subsistir.



Sin embargo, a pesar de toda su pobreza, de su ideas perdidas, y de su triste semblanza, me conmovió mucho al ver en su casa un simbólico jardín de piedra y flores en tarros de pintura. Creo que en esos detalles ella busca que su humilde choza sea un lugar limpio, digno y ordenado.

Con el tiempo Urdita fue reubicada en un sector más adecuado para vivir donde al menos ya no pasa tanto frio, sin embargo me es imposible no ver en esta foto una triste postal que se repite en muchos rincones del mundo...


"Cansados traigo los ojos de mirar tanto imposible"
Violeta Parra



Foto 1: "Urdita en invierno" © nigromancia 2002
Foto 2: "Urdita - Jardín de piedras"
© nigromancia 2002