
Esta fue mi última tarde en Barcelona antes de tomar el vuelo de retorno. Salí a despedirme de las calles que por un año fueron mi mejor compañía. Quería retenerlo todo en la memoria y algo en el último rollo en blanco y negro que me quedaba.
Fue un paseo discreto, sin mayores estridencias que la contemplación de un paisaje urbano que no volvería a ver dentro de un buen tiempo. Parar en algún café, caminar por la ramblas, y por supuesto, dar la última mirada al Barrio Gótico.
Cuando el paseo terminaba, luego de cruzar una de sus más populosas plazas, creo que fue en carrer Escudellers que encontré a unos niños gitanos rumanos jugando sobre un cúmulo de basura. La luz era buena, el motivo muy interesante. Sin pensarlo encuadré y disparé. En eso, de la sombra salió una hermosa muchachita de no más de once años quien muy decidida me encaró con un rotundo "¡No!" y se interpuso entre ellos y yo. La miré a los ojos por unos segundos y le sonreí, sonrisa que ella me devolvió, en ese momento levanté muy despacio mi cámara y con la mirada pregunté si podía retratarla. Ella se quedó quieta y se dejó fotografiar.
Esta foto esperó más de 4 años para ver la "luz", muchas fueron las razones que la mantuvieron en la más absoluta intimidad, principalmente el hecho de sentirme "cómplice" al llevarme de estos niños sólo una hermosa imagen y no involucrarme más con sus historias y sus vidas.
Pero para quienes no lo saben, existe en el mundo (más pequeño de lo que creemos) una mafia que se dedica exclusivamente a lucrar con la mendicidad y para ello moviliza a cientos de niños y personas discapacitadas por Europa para explotarlas en las calles. Es común verlos en los metros, en los trenes, en las plazas, etc., apelando a la caridad de los transeúntes.
No quiero nombrar nacionalidades y sembrar injustificados prejuicios en contra de nadie. Sólo quiero hablar un poco de la historia que tiene para mí esta foto, de la imagen que tengo de un fenómeno mundial que se quiere tapar con un dedo, reduciéndolo a un tema de documentos, de razas, de culturas, de odios raciales: La inmigración.
Siempre que veo los ojos de esta niña pienso dónde estará ella ahora, qué fue de sus días, cuántos años habrá cumplido, habrá terminado sus estudios, seguirá cuidando a sus hermanos. Cada día que veo sus ojos me pregunto, ¿Cuál habrá sido su nombre?.
pero a veces, tan solo a veces, una o varias fotografías pueden llevar nuestros sentidos hacia la conciencia" (W. Eugene Smith)
Foto: "Barcelona - Gitanos Rumanos" ©nigromancia 2003